SUMARIO
  Editorial

En el remanso vacacional de medio año se pudo conducir y concluir satisfactoriamente el II Taller de Investigación Jurídica que produjo, entre el plural de sus beneficios uno que es el que queremos resaltar: La influencia, el valor y la superioridad que ocupa el rigor del estudio y su inescindible ligazón con el conocimiento científico.

Entre los participantes quedó perfectamente definida la dimensión universal que cumple el estudio en la investigación y en la ciencia. Los conocimientos científicos no se adquieren por un proceso similar al de la producción de bienes; o que se encuentran en plantillas o formatos metodológicos. Es falso. Ninguna ciencia avanzaría por medio de esos procesos mecánicos, como si bastara con formular un problema de investigación, aplicar el método correcto y obtener el resultado apetecido. La investigación - nos lo recordaba el Dr. Lucas Lavado - es un proceso creativo, plagado de dificultades imprevistas y de asechanzas paradójicas, de prejuicios poco visibles y de obstáculos de todo tipo. Por eso, la única manera de abordar el problema de todo conocimiento científico es buscar los criterios comunes, las orientaciones epistemológicas de fondo que conduzcan los trabajos de investigación a buen puerto.

Desde luego, los problemas jurídicos a resolver vienen determinados por el avance de las ciencias en cuyo desarrollo teórico urge que el investigador esté imbuido del rigor en el estudio para que de ese modo las hipótesis encuentren viabilidad ante el problema descubierto. Precisamente una de esas tesis, que queremos relevar en esta ocasión, es la que lleva por título: "Problemática fiscal de los derivados financieros de divisas e híbridos" que como esfuerzo académico demuestra que dicha investigación estuvo indisolublemente unida al estudio profundo de teorías jurídicas. A su autor, el catedrático Michael Zavaleta Álvarez, le valió para que en la bellísima y legendaria ciudad de Toledo - España le confirieran el grado de Doctor, con la calificación cum laude. Con un trabajo investigatorio ausente del estudio riguroso y de las respectivas teorías jurídicas hubiese sido imposible que accediera a semejante distinción. Es un acontecimiento académico que no sólo nos brinda satisfacciones institucionales sino que el autor, aureolado por esta distinción, ha sabido con rigor, disciplina y perseverancia encontrar soluciones o explicaciones frente a una realidad jurídica que constantemente nos interpela. Felicitaciones y nuestra más sentida congratulación por el éxito obtenido.

De otro lado, la vocación colaboracionista nos ha permitido ser destinatarios de nutridos aportes académicos a cargo de distinguidos docentes universitarios, artículos que verán la luz en el presente número. La vivacidad de estos artículos se complementa con el artículo de un extraordinario jurista de plena sabiduría.

Sabiduría proviene de sapere que en latín indica saborear. La sabiduría es la masticación, paladeo y digestión del conocimiento. El conocimiento vivenciado, integrado en el ser de cada quien. Algo que, entre pocos, el reconocido maestro italiano, nacido en Turín, Norberto Bobbio lo ha logrado plenamente y nos lo demuestra en su jubiloso regodeo con la palabra escrita que lo cultiva con el más antiguo de los placeres culturales: el placer de narrar. Bobbio es un epicúreo de la escritura. Epicuro, el auténtico, sabía disfrutar con el banquete sin ansía, cuyo menú estuvo integrado de pan y queso acompañados de agua clara; Bobbio, recto epicúreo literario se complace en las pequeñas joyas verbales que esmaltan sus propias vivencias y lo plasma en el artículo que publicamos a continuación. Es una joya escrita, estremecedoramente bella, hecha de sabiduría, no de rebuscamiento ni de gula lírica.

Por último, cábenos exhibir cierto alborozo al haber sobrepasado los seis mil lectores que nos visitan, nos leen y escrutan el íntegro de nuestra revista virtual SAPERE que desde ya se encuentra acoplada a la comunidad científica, integrada por los investigadores que no obstante encontrarse separados por las fronteras y dispersos a través de todo el planeta, están unidos por los lazos invisibles y poderosos de una comunidad de investigaciones y de normas intelectuales, no formuladas pero obligatorias. Así estamos.

Dr. Jorge Godenzi Alegre    
Editor    
     
 

Regresar