Como afirma el reconocido sociólogo francés Alan Touraine, el papel de la educación es aumentar el grado de autonomía, de iniciativa y de crítica de cada individuo, especialmente de cada joven. El cambio no consiste en transformar la abstracción en actividades prácticas y de trabajar en una máquina. No se trata de eso, sino de dar más importancia a los medios técnicos y tecnológicos. Hay que realizar un trabajo más cercano, más vinculado con la experiencia. Experiencia significa tecnología, pero también emociones y comunicación.
La mayor parte de las tecnologías son colectivas, son máquinas. Lo importante en las tecnologías es la información, porque no hay conocimiento sin información. Pero la información no tiene que estar aislada de la comunicación, que es fundamental, ni de las emociones, de lo afectivo.
Debemos ser conscientes, como afirma el sociólogo portugués Bonaventura de Sousa Santos, que sólo habrá universidad cuando haya formación de grado y de postgrado, investigación y extensión. Sin cualquiera de estas habrá enseñanza superior pero no habrá universidad.
La investigación científica nos pone en contacto directo con la experiencia, y refuerza el concepto de universalidad que debe propender en toda universidad. Asimismo, empodera al alumno y profesional del Derecho, pues lo ayuda a ampliar la visión de sus capacidades otorgándole una perspectiva global e interdisciplinaria.
En la presente edición contamos con artículos de investigación que evidencian el compromiso de nuestra revista con un enfoque global y multidisciplinario de la ciencia jurídica, con la finalidad de que el lector pueda encontrar y nutrir su conocimiento desde distintas perspectivas. Así como también podrán encontrar trabajos de investigación de nuestros alumnos de pre-grado, demostrando el firme compromiso con la promoción y difusión del saber jurídico que tiene el Instituto de Investigación Jurídica de la Facultad de Derecho de la Universidad de San Martín de Porres.